lunes, 23 de julio de 2012

¿PARA QUE SIRVE EL GASTO PÚBLICO Y PORQUE DEBEMOS CONTRIBUIR A FINANCIARLO ENTRE TODOS?:

Por: Adolfo Acevedo Vogl.

El Estado recauda de la sociedad una importante masa de recursos de orden tributario, que son la principal fuente de sus ingresos, y podemos preguntarnos cual es la justificación general que existe para que todos tengamos la responsabilidad colectiva de contribuir a financiarlo .
La responsabilidad de contribuir al financiamiento del gasto público mediante un sistema tributario de bases amplias, donde todos los que tengamos capacidad de contribuir lo hagamos sin excepción, se deriva de la necesidad de cubrir entre todos el coste de aquellas actividades emprendidas en beneficio de todos y de las que, en principio, nadie se beneficia particular. Es decir, porque solo de esta manera pueden desarrollarse las actividades del Estado destinadas a la provisión de bienes y servicios públicos.
En cualquier sociedad es necesario que existan, además de los bienes y servicios de carácter mercantil, que son suministrados por las empresas privadas, bienes y servicios públicos, que son suministrados o provistos por el Estado. Existen diversas razones por las cuales el Estado debe proveer estos bienes y servicios.
¿Cuales son los bienes y servicios fundamentales que deben ser provistos por el Estado y cuyo costo representa el contenido material del gasto público?
En primer lugar, existen bienes y servicios que benefician o sirven a todos los miembros de la sociedad en general, sin que se pueda excluir a nadie de su uso, los cuales no se pueden ofrecer a la venta por parte de entidades privadas.
La existencia de un Estado moderno no se concibe sin la existencia de este tipo de bienes públicos. El ejemplo más importante es la defensa nacional, y en principio, también la legislación y la administración de justicia, así como las regulaciones que establece el Estado persiguiendo el bien público – por ejemplo las regulaciones con fines sanitarios o ambientales.
En segundo lugar,  la sociedad y la economía demandan, para su desarrollo y  bienestar, de una serie de obras de infraestructura – carreteras y caminos, puentes, puertos y aeropuertos, infraestructura de salud y escolar, viviendas, agua potable y energía eléctrica – cuyos beneficios con frecuencia se extienden a gran parte o a toda la sociedad.
Algunas veces estas obras se llevan a cabo por parte de negocios privados, cuando se puede identificar exactamente a los beneficiarios y cobrarles un precio que haga rentable la inversión. Pero cuando estas obras tienen beneficios sociales muy amplios o no es rentable para los negocios privados financiar estas obras y operarlas, o por otras razones de beneficio publico, el Estado tiene que asumir la responsabilidad.
En tercer lugar, el surgimiento del Estado Social y Democrático de Derecho significa que Estado ha pasado a asumir la responsabilidad, no solo de respetar, garantizar y proteger los derechos civiles y políticos establecidos en la Constitución[1]/, sino también de asegurar que los derechos económicos y sociales descritos en las normas constitucionales sean realmente accesibles y disfrutables para todos los ciudadanos.
En particular, esto representa la necesidad de que el Estado provea o suministre una serie de prestaciones sociales básicas de calidad, que deben hacerse extensivas a toda la población sobre la base del principio de ciudadanía (son prestaciones a los cuales tienen derecho todos los ciudadanos y ciudadanas en su calidad de tales).
Estos bienes y servicios pueden denominarse  ¨bienes de valor social¨ y son aquellos bienes y servicios que la sociedad considera que deben recibir todos sus miembros en tanto ciudadanos.
Es importante aclarar que no se trata de ¨programas sociales para los pobres¨, sino de un conjunto básico de servicios de la mayor calidad posible, que deben asegurarse a toda la población, independientemente del nivel de ingreso que tengan las personas o de cualquier otra consideración.
Se trataría, ante todo, de los siguientes derechos sociales básicos:
ü Acceso a una educación de calidad para todos los niños y adolescentes y jóvenes.
ü Acceso a una atención en salud de calidad para todos y todas las personas.
ü Acceso a agua potable y saneamiento y a la infraestructura básica de calidad para todos
ü Acceso a una pensión básica para todos los adultos mayores, aun cuando no hayan contribuido al seguro social.

Esta no es una lista exhaustiva, ni mucho menos. Cada sociedad debe determinar, según su propia realidad, nivel de desarrollo y preferencias,  debe definir a través de procesos democráticos y participativos, de construccion de consensos, cuales serán estas prestaciones.

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